El por qué de este blog

El camino del espíritu es el de la exploración. A eso le llamanos "toma de conciencia". Y dentro del espacio artístico a esa indagación se la podría traducir como "inspiración creadora". De eso se trata este blog. De la creación propia en compañía de la ajena. De los diferenes enfoques y puntos de vista. Como el de Gustave Caillebotte contemplando, pincel en mano, a París desde un balcón. Gracias por compartir tu mirada.

s i l v a n a

miércoles, 29 de mayo de 2024

DOS HERMANAS EN EL CERRO

   Las dos hermanas se pusieron de acuerdo en el día y la hora en que subirían al cerro. Era verano y había que moverse con precaución;  y no solamente por las víboras. Y allá fueron.
   Alrededor de las ocho llegaron al pie del cerro y les habrá llevado casi tres horas el ascenso.  A mitad de camino, encontraron una cascada, donde recuerdan haberse refrescado, en ropa interior.  El agua muy pura y fresca como en el paraíso. El ánimo ascendía con sus pies.
   Para el mediodía ya estaban cómodamente arriba, aunque las rodillas se hicieron notar en el final de la travesía.  Toda una travesía para quien no estuviera entrenado, como ellas, porque es bien sabido que caminar es una cosa, y trepar es otra. El sol vertical y la luz que aclaraba sensaciones y pensamientos, les provocaron una expansión del espíritu inusual y a la vez esperado.  Sabían por los comentarios que las piedras tienen una energía especial, que el oxígeno a cierta altura escasea, pero a la vez la pureza del aire recarga los nervios y el cuerpo se aliviana.   Después de todo, las tres horas de caminata en subida no se les hizo tan cansador como pensaban, probablemente por eso de la energía del lugar. 
  Ese día, mientras subían,  no se cruzaron con nadie, probablemente por tratarse de un día de semana. 
  Tendieron un mantel, y a mirar y a comer, a hidratarse y descansar.  Agua, pan casero, frutas y algunos sándwiches era lo que tenían para compartirse, las dos hermanas.  La mayor, de resistencia natural, fuerte y esbelta y de ánimo escéptico frente a los acontecimientos inexplicables, y la otra, menor,  delgada y liviana, muy influenciable y practicante de un desbordado misticismo. 
   Ahora viene lo interesante de la historia, porque hasta ahora no deja de ser un paseo como cualquier otro, en vacaciones.
  De pronto, sin escuchar ruidos de pasos,  vieron unas botas de cuero de hombre paradas al lado de ellas y una voz que  dijo “Dame pan”; pero por algo, ellas no podían levantar sus cabezas para ver a la persona que calzaba esos zapatos, como si una fuerza extraña las mantuviera mirando el suelo, el mantel, la comida, sus propias manos, como avergonzadas. Y pidió más pan, le dieron todo el pan, y finalmente se fue. No vieron cómo ni hacia dónde.  Se quedaron calladas, como paralizadas y enseguida, cuando pudieron nuevamente mirar panorámicamente,  vieron a dos personas caminando a dos cerros de distancia, como si hubiesen saltado de un cerro a otro en pocos segundos. Esto me contó al tiempo la mayor, aun no lo creyéndolo totalmente.
  Entre aterrorizadas y extasiadas, emprendieron la bajada, casi con inconsciencia, sin esfuerzo, o algo parecido.  Pero eso sí, y esto es lo más extraño: entre ellas nunca hablaron del tema.


                                                                                                  Silvana

                                                                                               16/08/2013

martes, 31 de marzo de 2020

MUJER SIN CABEZA






MUJER SIN CABEZA



Tres grados en Munich y treinta y dos en Nairobi



La mujer sin cabeza y su amante

beben el néctar del sol,

desnudos en el bosque

desnudos de pasado

desnudos al futuro



Ella que lee la mente de los árboles

traduce en palabras su vaho silencioso,

arriba, allá arriba; abajo, viento, aire dorado en humedad.

Y se queda como hoja seca bajo sus sombras

toda piel, exhumando el sol.



Con su oído derecho escucha la música del día,

la tierra que gira con su infinita velocidad

con el izquierdo las palabras del poema que dice

la música del sol quema

la música del sol que quema en el corazón

silencia a los amantes

que se desnudan de a dos.



Es una mujer sin cabeza

sus sentimientos maduran en su cuerpo

sus pies se hunden en agua de arena

sus pensamientos ladran como perros en la noche.





                                                   Tilo                         -6-12-16-

lunes, 17 de octubre de 2016

LLUVIA SIN SOL

LLUVIA SIN SOL

Llueve sobre el portal de la avenida egipcia    
Childe Hassam
Una ventisca en New York
del cementerio de Highgate,
en Londres
donde descansan los restos de Carlos Marx
y de George Eliot y su falso nombre.

Llueve capiosamente sobre la ancha plaza de Tiananmén,
y sobre la plaza de Tlatelolco  
y sobre la puerta de Brandenburgo, también.
Por encima del campanario de Baden Baden
la lluvia cae
y el agua moja a los perros del cementerio de los traidores de Estambul
y empapa a Bárbara en Brest, una y otra vez
mientras ella corre cruzando la calle para verlo
como corríamos aquella noche por una ciudad descolorida
cuidando el vino
cuidando nuestro amor bajo la lluvia.

Cae nieve sobre Nueva York
mientras Hassan pinta una fila de desconocidos de abrigos negros
bajo sus negros paraguas,
diez años después
que Caillebotte pintara el Boulevard Haussmann
bajo la nieve, en París
o los círculos que dejan las pesadas gotas de lluvia sobre el río Yerres
frente a su casa, donde una barca aún reposa, mojada.

Ayer estaba lloviendo sobre sus tumbas,
Mientras entonces llovías de sudor sobre mi espalda de fuego una tarde de amor.

La nieve cae sobre el pantano de Allen sobre el final de Dublineses;
llueve repentinamente sobre el Amarcord de Fellini
Gustave Caillebote
El Yerres, lluvia -1875-
y torrencialmente sobre Montevideo
el año pasado con sus imágenes de autos
que flotaban en filas a la deriva sobre las avenidas
que llenaron los noticieros del sur.

Sigue lloviendo como hace siglos, sobre las ruinas del Partenón,
y sobre las etruscas
y la tumba de Rembrandt en Westerkerk.
o lavando el corazón de los poetas desterrados.

Llueve sobre los tejados de Lisboa
sobre nuestros sombreros,
sobre el sombrero de mi abuelo que se colgó de una soga
sobre el sombrero de Pessoa que miraba llover desde lo alto
la lluvia que apaga las voces, que apagan el mundo,
la mágica lluvia que nos hace callar y correr por tantas calles 
y escondernos para resguardarnos del pesado mundo

la dulce lluvia
la dulce lluvia
la lluvia sin sol.





Boulevard Haussmann en la nieve
Gustave Caillebotte

                                    Tilo

                                    27 de setiembre 2016

PALABRAS EN LAS MANOS, un poema de Miguel de la Cruz

Otro video sobre un poema de Miguel de la Cruz,  de su libro inédito "El momento impreciso". Otra produccción de Ediciones del Limonero.



martes, 8 de abril de 2014

domingo, 23 de febrero de 2014

ESTUVE EN EL ENTIERRO DE ADOLFO WASSEN ALANIZ


ESTUVE EN EL ENTIERRO DE ADOLFO WASEN ALANIZ



Yo estuve en el entierro de Adolfo Wasen Alaniz

Caminé durante horas en silencio

junto a miles de corazones que caminaban

Caras desconocidas que caminaban

en larga procesión

de la mañana al caer del sol

levantando los puños y caminando

detrás del muerto

cuadras y cuadras de caminantes

junto al sol de noviembre

caminábamos





No conocía sus nombres

No conocía al muerto ni toda su lucha

Seré el último muerto, dijo





Había vuelto desde lejos para sonreír

ya no rehén del pasado

sólo para decir que sí

con indignación





                                                    

                                                                      Tilo 2012


*Adolfo Wassen Alaniz
Muere el 17 de noviembre de 1984, a los 38 años de edad, y mientras cumplía una condena de 30 años de prisión y 15 de medidas de seguridad. Pertenecía al movimiento terrorista MLN Tupamaros de Uruguay.