Reflexiones simples sobre el Yoga
Quienes llevamos cierto tiempo adentrándonos en la práctica del yoga, desde sus infinitas aristas y posibilidades, sabemos que el yoga no es para todos. Y no porque no sea un conocimiento universal, milenario y que se ha ido amoldando a las circunstancias históricas de los seres, sino porque no es fácilmente asequible, porque su perfume sólo es captado por quienes tienen un "olfato" afinado. Quisieramos, seguramente, que el espíritu del yoga, que no es sin ir más lejos que la "integración" en su expresión máxima, reinara en cada acción humana, desde el corazón y la mente; pero sabemos que nuestra humanidad está muy lejos de ésto.
Pero no estaría demás, ir empezando por poner más atención en el quehacer de nuestras vidas, acrecentando nuestra capacidad de sentir, disfrutar y agradecer. El Yoga se corporiza en la actitud de estar conciente. Es simple a la vista, y complejo en su práctica cotidiana. Podemos intentarlo, y por ejemplo, ante cada situación que nos desencaja de nuestro centro, en la que nuestra mente dispara un sinnúmero de emociones desenfrenadas que sabemos a corto plazo nos traerán "problemas", simplemente nos detenemos a observar lo que está sucediendo, como alguien que desde afuera ve con neutralidad una situación dada, y además nos volvemos concientes de nuestra respiración, alargándola un poco. No cuesta tanto probarlo una y otra vez. Nuestra propia vida es el mejor laboratorio.
Silvana
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