Gustave Caillebotte
Pocos pintores, por no decir ninguno, contribuyeron tanto al fenómeno impresionista como Gustave Caillebotte (1848-1894), y, sin embargo, este nombre aparece siempre en una segunda fila, por detrás de outsiders como
Monet,
Renoir,
Degas, y compañía. A su obra pictórica, importantísima aunque quizás no al mismo nivel que la de los célebres pintores citados antes, Caillebotte añade una vital labor de mecenazgo, gracias a su acomodada condición social, que permite a los demás pintores impresionistas exponer en diversas exposiciones y trabajar con la seguridad de que el joven Caillebotte no dudaría en ayudarlos económicamente si sus obras no se vendían en suficiente cantidad. Por si esto fuera poco, Caillebotte donó a su muerte una importantísima colección de pinturas al Estado francés.
Provenía de una familia acomodada residente en Yerres, a doce kilómetros de París y antes de dedicarse ala pintura había estudiado derecho e ingeniería.
Del realismo al impresionismo - visiones urbanas
Siendo más joven que la mayoría de sus colegas impresionistas, no participa en la primera exposición de 1874, pero, no obstante, sí lo hace en la de 1877, causando estupor entre críticos y compañeros. Su obra resultaba extraña: mientras que el dibujo y las composiciones resultaban muy similares a la pintura académica e incluso obsoleta del Salón, sus colores y pinceladas tenían una vocación claramente impresionista.
Después de la guerra franco-prusiana, Caillebotte ingresó al taller del pintor académico
León Bonnat, donde inició seriamente el estudio de la pintura. Con el transcurso del tiempo logró desarrollar su propio estilo y estableció su primer taller en la residencia de sus padres. En
1873, aprobó el examen de admisiones de la
Escuela de Bellas Artes, donde, sin embargo no permaneció por mucho tiempo en la academia. Al año siguiente, heredó la fortuna de su padre, y después de que falleciese su madre en 1878, los tres hermanos se dividieron la herencia familiar que incluía la propiedad en Yerres, en Essone (Francia), siendo una fortuna bastante importante para permitirle consagrarse a su pasión por la pintura. Para 1874, conoce y entabla amistad con varios artistas que estaban alejados de la academia de arte francesa, incluyendo a
Edgar Degas y
Guissepe De Nittis y acudió a la primera exposición impresionista llevada a cabo ese año, a pesar de que no participó.
Los "Impresionistas" -también denominados los "independientes", "intransigentes" e "intencionalistas"- habían roto sus lazos con la pintura académica que era exhibida en los Salones anuales. Caillebotte realizó su debut artístico en la segunda exposición impresionista, en 1876, y presentó ocho pinturas, incluyendo su destacada pintura "Los acuchichadores de parqué" (Les Raboteurs de parquet, 1875). El tema central de la pintura era la representación de unos obreros preparando el piso de madera, siendo considerado «vulgar» por la crítica, y probablemente esta fue la razón por la cual la obra fue rechazada por los jueces del Salón de 1875. En aquella época, la academia de arte consideraba aceptable la representación de campesinos rústicos o granjeros como la temática admisible sobre tópicos referentes a la clase obrera.
Es su primera obra maestra, que se encuentra actualmente en el Museo d'Orsay de París. Caillebotte reúne un enfoque casi fotográfico con una composición marcada por una extraña y vertiginosa perspectiva, característica constante en sus primeras obras. Esta obra ejemplifica como ninguna otra obra el estupor que Caillebotte podía causar entre los asistentes a las primeras exposiciones impresionistas. Emile Zola, quien apreciaba bastante a Caillebotte, la describía como "una pintura antiartística, limpia, helada y burguesa, a fuerza de exactitud." No es de extrañar que los mayores aplausos a esta obra vinieran de los sectores conservadores del salón, lo que quizás no agradó demasiado al artista.
"El Puente de Europa" (1876, Ginebra, Museé du Petit-Palais) y, sobre todo, "París, tiempo de lluvia" (1877, The Art Institute of Chicago) mantienen las características de la pintura anterior, y convierten el París de Haussmann en el escenario favorito de las personalísimas perspectivas de Caillebotte.
A partir del año siguiente, Caillebotte comienza a alejarse del estilo serio y frío del Salón para crear su propio estilo plenamente impresionista. Esto resulta evidente en las diferentes versiones del
"Hombre en el balcón" , en los que la originalidad de la perspectiva atrapa al espectador, atrayéndolo a mirar más allá del hombre -en apariencia el protagonista de la pintura- para centrarse en la grandiosidad del espacio exterior.
Su estilo
El estilo pictórico de Caillebotte pertenece a la escuela del
realismo pictórico; sin embargo, fue profundamente influenciado por sus colegas impresionistas. Al igual que sus precursores,
Jean-Francois Millet y Gustave Courbet, y también su contemporáneo Degas, Caillebotte se enfocaba en pintar la realidad, tal cual como existía y la visualizaba, con la esperanza de reducir la teatralidad inherente de la pintura. Tal vez por su relación cercana con muchos de los pintores de su época, su estilo y técnica varían considerablemente en su obra pictórica, como si estuviese tomando prestado y experimentando, pero realmente sin apegarse a ningún estilo en particular. En ocasiones, parece que tuviese cierta inclinación por el estilo de Degas, plasmando en sus obras un realismo con una amplia riqueza de colores (especialmente en sus cuadros con escenas interiores) y otras veces, comparte el compromiso impresionista de "realidad óptica" y emplea una paleta caracterizada por tonalidades pasteles y una pincelada suelta similar a la de Renoir y Pissarro.
Caillebotte pintó muchas escenas domësticas y familiares, también retratos e interiores. En gran parte de sus pinturas están retratados los miembros de su familia, como en:
"Joven en su ventana" (Jeune Homme à sa fenêtre) (1875) en la que está representado René en la casa de la rue Miromesnil;
"Los naranjos" (Les orangers) (1878) aparece su hermano Martial y su prima Zoë en el jardín de la propiedad de Yerres; y
"Retratos en el campo" (Portraits à la campagne) (1875) en el que está retratada su madre junto a su tía, una prima, y una amiga de la familia. También plasmó escenas de personas cenando, jugando naipes, tocando piano, leyendo, cosiendo, todos estos elaborados de una forma íntima y discreta que permiten vislumbrar los rituales silenciosos de la clase alta.
Sus pinturas de campo en Yerres se enfocaban en los apasibles paseos en barco, en la quietud de los riachuelos, en la pesca, la natación, y en escenas domesticas en torno a la residencia familiar. Frecuentemente, utilizaba una suave técnica impresionista semejante a la de Renoir para expresar la naturaleza tranquila del campo, en contraste con las pinceladas más sobrias y lisas de sus pinturas urbanas. En su cuadro titulado
"Remero con sombrero" (1877), maneja efectivamente la perspectiva y de una forma más realista que la pintura de
Manet,
" (1874).
Caillebotte es más reconocido por sus pinturas del París urbano, las cuales incluyen:
"El puente de Europa" (Le pont de l'Europe) (1876), Calle de París, día lluvioso (Rue de Paris; temps de pluie, también conocida como
"La plaza de Europa, en tiempo lluvioso" o en francés La Place de l'Europe, temps de pluie) (1877). Esta última pintura es única entre sus obras debido al uso de colores planos y un efecto foto realístico que dotan al cuadro de una característica distintiva y un aspecto moderno, casi similar a la obra del pintor estadounidense de estilo realista
Edwar Hopper. Muchas de sus pinturas urbanas fueron en cierto modo controversiales a causa de sus exageradas y profundas perspectivas. En Hombre en el balcón, boulevard Haussmann (1880), invita al espectador a compartir el balcón y a observar el escenario de la ciudad que aparece en la distancia, nuevamente utilizando una perspectiva inusual. Demostrando poca fidelidad a un estilo pictórico en particular, muchas de sus pinturas urbanas ejecutadas en el mismo periodo como
"La plaza de San Agustín" (1877), son considerablemente impresionistas
Sus obras al aire libre
El la década de 1880 la carrera de Caillebotte da un giro radical al trasladarse a una casa frente a Argenteuil, a orillas del Sena, donde comienza su afición por los veleros y las regatas.
Las obras de este período se caracterizan por una moderación en las perspectivas, menos forzadas que en la mayoría de pinturas urbanas de París, aunque continúa con las composiciones inusuales, ya sea por extraños puntos de vista o por estar en apariencia arbitrariamente cortadas. Las bellas imágenes de veleros que pinta Caillebotte tienen una clara influencia en las que Monet representara unos años antes.
Material extraído en parte de theartwolf.com (online art magazine) y de Wikipedia, la enciclopedia libre